«IMMACULATE»: Bendita sea Sydney Sweeney

«IMMACULATE» es una película que forma parte de un subgénero que parece estar de moda en los últimos años: el terror con monja en convento mal-rollero. Al igual que con las dos partes de “La Monja”, “Hermana Muerte” o incluso “Saint Maud”, partimos de una serie de imágenes y una atmósfera mal sana para contar la historia de la protagonista.

Sydney Sweeney interpreta a la hermana Cecilia, una monja de Estados Unidos que llega a un convento en la campiña italiana, invitada por el Padre Tedeschi, al que interpreta Álvaro Morte. Su estancia, por supuesto, se convierte pronto en una pesadilla de la que no va a ser fácil escapar.


«IMMACULATE» se sostiene en la entrega de Sydney Sweeney al personaje. La actriz ya ha demostrado en “Euphoria” que puede ser un portento de la interpretación. En películas como “Cualquiera Menos tú” que tiene tirón en taquilla y con “Reality” y “Los Voyeurs” que tiene una magnética presencia en pantalla. Esta última película, por cierto, dirigida por Michael Mohan, quien también la dirige en la película que nos ocupa.

Y se nota la confianza que la actriz deposita en el director y en el personaje de Cecilia, de forma similar a cómo Mia Goth se entrega en cuerpo y alma a los personajes que Ti West escribe para ella en la trilogía de “Maxxxine”. Sweeney interpreta con la misma convicción la inocente y dulce devota que es en el primer acto y la visceral luchadora en que se convierte al final.

Por desgracia el guion de Andrew Lobel cae en tópicos del género de terror ya demasiado vistos y desgrana los misterios que esconden el convento y sus catacumbas de forma correcta pero nada novedosa.

Le hubiera venido muy bien a la película ir un poco más allá. Los ingredientes estaban sembrados en el primer y segundo acto para llevar la película a un terreno arriesgado y rompedor. Ojo, que el final no es nada convencional, en cuanto a la decisión de la protagonista en los últimos segundos de metraje. Pero el clímax se queda lejos de lo épico que podría haber resultado con todos los ingredientes que estaban planteados.

Aquí es donde la mano de Mohan en la dirección se me antoja esencial para que la película funcione y no se desplome. Gracias a la fotografía de Elisha Christian, el arte de Francesco Scandale y la música de Will Bates, el director consigue crear una atmósfera envolvente, inquietante y bella a partes iguales.

La puesta en escena parece estar al servicio del lucimiento de Sydney Sweeney. Arropada por la austeridad de las hermanas, envuelta en las sombras de interminables pasillos, bañada por la dorada luz de una vela, iluminada cual santa por la iluminación de la capilla o sucia y salvaje durante el sangriento final.

Los que busquéis sustos los vais a encontrar. No son rompedores pero funcionan de maravilla en una sala rodeados de espectadores. Al igual que los momentos de sangre y gore, que los hay y que causarán que algunos espectadores se contraigan de dolor.

Pero al final, la película se sostiene en Sydney Sweeney, en su magnetismo en pantalla y la descomunal garra con la que afronta el último tramo de la película. Sólo por ella, merece la pena ir al verla.

«IMMACULATE» se estrena en el 1 de Mayo en cines.

Puntuación 3,5/5

Crítica de Pol Sánchez

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